Hoy la Asamblea Nacional Permanente está nuevamente
movilizada. Somos un conjunto de colectivos sociales e individuos organizados
en forma horizontal, con independencia de partidos políticos, ONGs y del
Estado. Otra vez tomamos la calle para denunciar las nefastas consecuencias de
este modelo de desarrollo que privilegia el lucro antes que la vida. Estamos
aquí para manifestar total rechazo al saqueo de nuestra tierra y agua. También
decir fuerte y claro que hay otras formas de vivir en armonía con lo que nos
rodea, y que hacerlas realidad, solo depende de las personas, de su decisión y
su participación.
Estamos aquí para reiterar la denuncia del avance de la
contaminación de nuestras fuentes hídricas como un hecho alarmante. Hecho que
se viene produciendo hace más de 10 años con el cambio de modelo productivo,
provocando en los últimos dos años que la población se vea obligada a consumir
agua no potable. Hoy el agua está en peligro. Está en peligro su calidad y
cantidad, es decir, todo lo que hace de ella el principal sostén de la vida.
Ninguna propuesta organizativa como lo es la creación de una
¿comisión de ministros?, resuelta por este u otro gobierno, podrá solucionar
los graves problemas de contaminación de la que ellos son principales
responsables. Solamente la participación y lucha de la gente organizada
garantizará el cumplimiento de la reforma de la Constitución del 2004 que contó
con el 64,7% de adhesiones.
El río Santa Lucía, fuente de agua para 2 millones de
personas, principal curso de donde se extrae agua para potabilizar, registra
altas concentraciones de sustancias que degradan la calidad del agua. En este
caso. El fósforo y el nitrógeno son los principales contaminantes. Esto se debe
a la descarga directa de efluentes industriales y a la escorrentía de
agrotóxicos.
Para potabilizar el agua, OSE se ha visto en la obligación de
cuadruplicar el consumo de carbón activado en polvo en pocos años. OSE también
gasta más en cloro para la desinfección, sulfato de aluminio para la remoción
de materia orgánica y otros productos químicos para eliminar los metabolitos
que ocasionan mal olor. Cuanto más degradada esté el agua bruta de ríos,
arroyos, embalses, lagos y lagunas, mayor será el gasto, mayor la
infraestructura necesaria para el tratamiento. Todo esto con un enorme costo
que pagamos todos a través del aumento de las tarifas y cuyo resultado no
soluciona las verdaderas causas de la contaminación.
La contaminación no solo se aprecia en el agua que tomamos,
antes pura y saludable, sino también en las napas freáticas que afecta la vida
animal y los cultivos de alimentos. Hoy la presencia de cianobacterias, la
eutrofización de las aguas, dado que los niveles de fosforo son 10 veces
mayores a los admitidos internacionalmente; componentes de atrazina y derivados
del glifosato; tienen consecuencias para la salud impredecibles a mediano y
largo plazo. ¿Cuáles son las causas de la crítica situación de la cuenca del
Río Santa Lucía? ¿De lo que sucede con el Río Negro, en laguna del Cisne al Sur
de Canelones, y en estos últimos meses, en la Laguna del Sauce?
A la contaminación por el vertido de desechos industriales se
agregan, desde hace mas de 10 años, la contaminación con agrotóxicos vinculada
a los cientos miles de hectáreas de cultivos transgénicos, el vertido de
tóxicos desde las plantas de celulosa y el avance extraordinario de la
forestación.
Estas son algunas de las consecuencias de un modelo
productivo, que se quiere vender como de desarrollo pero que no lo es. Con
hechos sobre la mesa, este modelo, no deja como promete, ni trabajo, ni riqueza
en las comunidades ni mejores condiciones de vida, si no por el contrario, se
lleva nuestros bienes naturales, dejándonos contaminación y devastación para
hoy y las generaciones venideras, entregando en el proceso nuestra soberanía.
Por cada tonelada de soja, por cada tonelada de celulosa, se
van en forma irreversible, miles de litros de agua de nuestras napas, de
nuestros ríos de nuestros arroyos, y se van también los nutrientes que hacen
fértil a nuestra tierra. A esto le sumamos que en la última década, según datos
del censo agropecuario, nuestro territorio ha sufrido un alarmante proceso de
CONCENTRACIÓN Y EXTRANJERIZACIÓN. En el campo viven hoy menos de 180.000
personas. En 2011 se registran la mitad de establecimientos agropecuarios que
en los años 70. En el año 2000 el 90,4 % de estos establecimientos correspondían
a productores uruguayos y en 2011 esta cifra se redujo 53,9%, por lo tanto, la
tierra se extranjerizó un 36, 5%. Hoy los grandes latifundistas son
multinacionales, como Montes del Plata que posee 240.000 hectáreas o Botnia-UPM
que posee más de 100.000.
Enfrentamos también la amenaza del Fracking, que se concreta
a partir de los acuerdos firmados por ANCAP con empresas extranjeras,
especializadas en prospección y explotación de hidrocarburos. El Fracking o
fractura hidráulica es una metodología para extraer hidrocarburos y gas, que
destruye las capas del subsuelo, liberando gases tóxicos que se propagan a
través de las napas de agua y contaminan todo en su recorrido. Esto es
sumamente grave si tenemos en cuenta que nuestro país comparte el 4% del Acuífero
Guaraní que ocupa el 25% de nuestro territorio. Esta tecnología de extracción
está prohibida en muchos de los lugares donde se ha desarrollado y se han
comprobado sus efectos mortales para la calidad del agua y la tierra.
En este modelo, extractivista y de despojo, de economía
sujeta a los designios del gran capital, nuestro territorio registra un
acelerado proceso de contaminación y destrucción de sus bienes naturales.
Bienes que no son infinitos, ni inagotables. Se determinan zonas de sacrificio,
como Cerro Chato- Valentines, a favor de la Megaminería; el Oeste de Montevideo
para la regasificadora; la costa Atlántica para una red de puertos; el norte
del país para el Fracking; y Suarez para una minera a cielo abierto, sobre la
vieja cantera de AFE. Partes de nuestro territorio sacrificados al capital. Al
canto de sirena de las Multinacionales y el estado, al discurso del progreso.
Es hora de decir basta, de manifestar nuestra determinación
de enfrentar esta realidad. Desde las comunidades, los habitantes de Sauce,
Santa Lucia, Laguna del Cisne, Guichón, Rincón del Bonete, Colonia, Ruta 7,
Oeste de Montevideo, Rocha, Suarez, Piedra Sola, Maldonado, Tacuarembó,
Paysandú, Montevideo, sabiendo que el futuro solo depende de nosotros ya nos
hemos organizado para denunciar, resistir, exigir y proponer:
• Prohibición del uso de glifosato y otros agrotóxicos.
• Frenar el avance y reducir las plantaciones forestales y
sojeras.
• Generar las condiciones para la recuperación del monte
nativo, flora acuática y pradera.
• Impedir el avance de las prospecciones que preceden al
Fracking.
• Prohibir la técnica de Fracking en todo el territorio
nacional.
• Seguir denunciando el negociado de la Regasificadora y las
consecuencias nefastas de su implantación.
• Denunciar la estafa de las empresas articuladoras de los
megaproyectos extractivos, que no solo están dispuestas a destruir y
contaminar, sino también según sus altibajos financieros, dejar deudas
millonarias, y como OAS constructora de la regasificadora, dejar sin trabajo y
debiendo jornales a 700 trabajadores.
• Impedir la privatización y destrucción de nuestra costa que
resulta de la construcción de megapuertos.
• Que OSE cumpla con su función social de brindar agua
potable y saneamiento con cantidad y calidad asegurada.
• Promover un modelo de desarrollo basado en la producción y
consumo de alimentos así como industrias derivadas, en equilibrio con la
naturaleza, a partir de la producción familiar y comunitaria.
• Defender la semilla criolla, en contraposición a los monocultivos
de gran escala que todo lo maquinizan.
¡Tierra para quien la trabaja, la habita y la cuida!
¡Nuestra es la calle y no nos moverán!
¡La tierra y el agua NO se venden, se defienden!
Montevideo, 5 de junio de 2015.
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