Acto en
defensa del acuífero Guaraní, el sábado, en Tacuarembó.
Foto: Alessandro Maradei.
Foto: Alessandro Maradei.
Marcha por el acuífero Guaraní reclamó por ambiente,
participación real y desarrollo.
Habitantes de Tacuarembó, Piedra Sola, Caraguatá,
Tambores, Rivera, Cerro Chato, Valentines, Paysandú, Durazno, Maldonado,
Montevideo, Concordia (Argentina) y México marcharon el sábado por las calles
de Tacuarembó en defensa del acuífero Guaraní y en rechazo a tres tipos de
explotación que amenazan su calidad: la agropecuaria que hace un uso intensivo
de agroquímicos, la minería metalífera a cielo abierto y el fracking.
Hacía un calor de verano sobre las 15.00 cuando una
docena de caballos y sus correspondientes jinetes -y jinetas- aprontaban a la
sombra del Parque Rodó los últimos detalles antes de iniciar la marcha. Algunos
ya habían tenido un viaje de más de 50 kilómetros. Se aprontaban también, pero
sobre los pedales de sus bicicletas, muchos de los tacuaremboenses que
acompañaron la procesión. Bordearon la ciudad y en las últimas seis cuadras, al
llegar a la plaza Colón, se sumaron quienes estaban a pie. La marcha fue
variopinta. Desde Montevideo habían llegado grupos como Uruguay Libre y la
Asamblea Nacional Permanente, compuesta por más de 30 colectivos de diferentes
puntos del país y vecinos de zonas rurales cercanas que han vivido de cerca la
búsqueda de metales e hidrocarburos. “No se vende, el agua se defiende”,
coreaban. Además de aplausos sonaban los instrumentos tocados por descendientes
de charrúas, se mezclaban los cánticos de la Comisión de Estudiantes en Lucha
por la Tierra y el Agua de la Federación de Estudiantes Universitarios del
Uruguay y, al pasar por la iglesia, las campanas acompañando la procesión, que
tenía cerca de tres cuadras. Pero las iglesias acompañaron también en la calle.
La marcha fue convocada por la comisión Tacuarembó por
la Vida y el Agua y su vocero fue Julio Bonino, obispo de Tacuarembó y Rivera.
Mansamente, hablando con medios, feligreses y militantes, el sacerdote aguardó
a la marcha en la plaza Colón, adonde también acudieron monjas; algunas,
entusiasmadas, tomaban fotos de la movilización. “Para el Facebook”, comentaba
una llegada de Zaragoza. Bonino contó a la diaria que la comisión se formó hace
tres años, cuando pobladores rurales fueron a plantear a la autoridad
eclesiástica que “empresas extractivas habían pedido sus campos para
prospección” de metales. El grupo juntó 13.000 firmas que fueron elevadas a la
Corte Electoral para convocar un plebiscito que prohibiera la megaminería
metalífera a cielo abierto en el departamento; si bien el trámite fue revocado
por la Corte Electoral, la Junta Departamental de Tacuarembó resolvió por
decreto prohibir en su jurisdicción esa actividad extractiva y la del fracking
(técnica utilizada para extraer el gas no convencional). Pero el planteo no fue
acompañado por el intendente Wilson Ezquerra, que tenía que modificar las
directivas de ordenamiento territorial. Ésa fue una de los dos cosas que
solicitó la marcha de ayer, a 15 días de las elecciones departamentales y ante
el cambio de intendente, ya que Ezquerra no puede ser reelecto.
El acuífero Guaraní, una de las reservas de agua dulce
más importante de la región, se extiende por suelos de Brasil, Paraguay,
Argentina y Uruguay. Bonino señaló que a diferencia de Salto y Paysandú, donde
el acuífero se encuentra a 1.000 metros por debajo del nivel del suelo, en el
corredor de Tacuarembó y Rivera se ubica la zona de recarga, porque está a
menos de 100 metros y hay afloramientos.
El segundo pedido de la movilización fue que las
próximas autoridades departamentales levanten un monumento al acuífero “porque
está bajo tierra y a la gente le cuesta darse cuenta de lo que significa”, dijo
el obispo. En cuanto a la comisión Tacuarembó por la Vida y el Agua, comentó
que “es bastante plural, hay personas de posturas muy extremas y otras más
moderadas”, y respondió que “no hay estancieros”, aunque podrían participar si
quisieran. El obispo ha encabezado también las marchas del Sindicato de Obreros
de la Industria de la Madera en defensa de las fuentes de trabajo en la empresa
local, Urupanel, que tiene en seguro de desempleo a 400 trabajadores. Aunque la
lucha del sindicato de la madera y la de defensa del agua tienen pocos puntos
en común, Bonino los relaciona: “Son lecciones que estamos aprendiendo. Nos
alegramos cuando una multinacional se instala y da trabajo, pero después,
cuando la coyuntura cambia, de un día para otro, 400 familias quedan en la
calle. Es un aprendizaje de que cuando le decimos ‘adelante’ a alguien tenemos
que negociar las condiciones. Nos alegramos mucho con el desarrollo pero no
tenemos carreteras para esa cantidad de camiones, no tenemos la energía que se
precisa ni quién vigile las consecuencias de que se haga un tiradero de
plaguicidas”.
Hace agua
El episodio de mal olor y mal sabor del agua en el
último mes en Maldonado a causa de la contaminación de la Laguna del Sauce, así
como las luces encendidas en la cuenca hidrográfica del río Santa Lucía,
también motivaron la marcha. “¿Cómo se está protegiendo la reserva de agua
subterránea en un momento de pésimo estado de todos los cursos de agua?”,
preguntaban organizadores y participantes que hicieron uso de la palabra en la
actividad de cierre de la movilización.
Representantes de la Comisión de Maldonado por la
Tierra y el Agua, conformada a partir del último episodio, mencionaron la
negación inicial de las autoridades de OSE, que al principio dijeron que “no
les constaba” el mal olor y sabor del agua, luego reconocieron el problema pero
dijeron que era potable y “finalmente confesaron que el agua no era potable”,
reclamó el vocero de la comisión fernandina. Rechazaron que se fumigue al borde
de la Laguna del Sauce, y exigieron que “se revise inmediatamente el modelo de
desarrollo agroalimentario, forestal, energético y minero que se ha impuesto en
nuestro territorio” y se evalúen los costos y beneficios que terminan dejándole
al país.
Carlos Sosa, integrante de la Federación de
Funcionarios de OSE y de la Comisión Nacional en Defensa del Agua y la Vida,
habló del trabajo de diez años de la comisión para poner en práctica el
artículo 47 de la Constitución de la República -que define al agua como un
recurso esencial a proteger- creando las comisiones de cuencas hidrográficas,
mediante las cuales la sociedad civil tiene participación en la planificación,
gestión y control de los recursos hídricos. Sin embargo, Sosa planteó que
“muchos han querido destruir esos espacios” y que sólo son asesores. Añadió que
las autoridades tuvieron la potestad de impedir que se llegara al punto de
contaminación de la Laguna del Sauce y deslizó que el descuento de tarifas se
hizo porque sucedió en Maldonado y Punta del Este, pero que lo mismo debió
hacerse en mayo de 2013 en el área metropolitana.
Hidrocarburos y metales
Piedra Sola es un poblado ubicado a 72 kilómetros de
Tacuarembó en el que viven 250 personas. El Grupo de Jóvenes de Piedra Sola se
formó hace cinco años para atender necesidades del lugar, pero un día se
interiorizaron de qué era el fracking. Poco después llegaron referentes de
empresas, “tendieron cables por todo el pueblo y llegaron las maquinarias para
la exploración, para hacer una ecografía del suelo”, relataron los jóvenes. Los
datos extraídos no son conocidos por los lugareños, pero “en el bloque Piedra
Sola, que cubre varias partes del departamento de Paysandú, hay petróleo, no
sabemos puntualmente en qué parte”, agregaron. Por si acaso, hicieron un
grafiti en el área de exploraciones que reza: “Piedra Sola libre de fracking”.
Estaban también los colectivos Paysandú Nuestra y el
Grupo Ecológico Nativista Sanducero, que se unieron hace dos años para declarar
el departamento “libre de fracking”. El planteo fue recogido tanto por la Junta
Departamental como por la intendencia, que ahora se apresta a incorporarlo a
las directrices de ordenamiento territorial.
De Concordia habían llegado los integrantes del Foro
Regional Contra el Fracking, integrado por habitantes de las provincias de
Entre Ríos y Corrientes. Cinco de sus integrantes fueron procesados porque en
agosto de 2014 quisieron frenar el ingreso a Uruguay de seis camiones vibro que
venían del sur. Lo hicieron “en defensa del acuífero Guaraní”, pero eso les
generó el procesamiento, que apelaron y tratarán de revocar el 2 de junio,
cuando se desarrolle la última audiencia en un juzgado de Paraná. Para eso
pidieron el acompañamiento de uruguayos.
A 26 kilómetros de Vichadero (Rivera), en Abrojal,
desembarcó hace cuatro años el proyecto Vaca de Oro de Loryser SA, grupo
empresarial que opera también con los nombres de Oro Sur y Minera San Gregorio.
Fabiana Campos vive en Vichadero y mostró una foto del cráter abierto en el
Abrojal, adonde la minera acudió para extraer más oro que prolongue la vida de
la planta de Minas de Corrales, en la que ya queda poco. “Aterrizan en un lugar
donde la gente no tiene información y te venden espejitos de colores”, planteó
Campos. Después de siete meses, el cráter quedó abierto y sin utilidad.
La situación también es complicada en Valentines y
Cerro Chato, donde salvo cuatro empleados, los más de 90 contratados por
Aratirí siguen en seguro de desempleo. Los referentes de la localidad que
participaron en la marcha reconocieron la caída de las expectativas -en un mes
se llegaron a vender 22 juegos de living, ejemplificaron-, al tiempo que
defendieron su postura: “No es que estemos en contra del trabajo, somos rehenes
de esta situación”. Hace más de un año que los propietarios de las tierras no
cobran el porcentaje que les corresponde. Si en febrero de 2016 el gobierno y
Aratirí todavía no firmaron el contrato de explotación, de acuerdo a la Ley de
Minería de Gran Porte, los títulos deberán pasar al Registro de Vacantes. Los
productores movilizados rechazaron la propuesta de Aratirí de desarrollar un
proyecto de menor escala, porque sostienen que lo hacen para salir del marco de
la Ley de Minería de Gran Porte y pasar a ser regulados por el Código Minero,
que permite retener los títulos de prospección y exploración por hasta 12 años.
Las evocaciones al ideario de Artigas se hicieron de
diferentes formas. La misión cristiana Abba Emanuel, de la iglesia evangélica,
llevó a un importante número de niños y jóvenes, que además de bailar danzas
típicas representaron la obra “Purificación 1815”, con un Artigas y decenas de
indios seguidores.
Bonino ha reivindicado el aporte de la cultura afro y
guaraní en la región y se enorgullece de trabajar en un departamento de nombre
indígena y rodeado de ríos con la misma toponimia. Dijo que “ñandé” es un
término guaraní para hablar de un nosotros que nos incluye a todos, y eso es lo
que busca con su misión. Algo de eso pareció verse el sábado en un encuentro,
en principio, insospechado.
Amanda Muñoz
Fuente:
ladiaria.com.uy
No hay comentarios:
Publicar un comentario